Azulete, azulillo, añil

Hace mucho que dejé de tender la ropa al aire libre, ventilándose y aireándose con la brisa y el viento. Supongo que esto no solo me pasa a mí sino a la mayoría de los seguidores. Las casas ya no preveen azoteas o patios donde tender la ropa y hay que secarla en secadoras. Hemos perdido los colores naturales, el blanco ya no es blanco. Me han regalado dos sobres de «azulete» de los que antaño se usaran para blanquear la ropa. Me ha hecho tanta ilusión que me ha traído añoranza del día de Reyes cuando nos levantábamos a ver qué nos habían dejado los Magos de Oriente. Ahora solo hace falta que el producto devuelva a las deslucidas prendas ese blanco azulado.

El azulete es un pigmento proveniente del cobalto que a lo largo de la historia se encuentra asociado a la pintura y a la lavandería. Hoy, debido a las aplicaciones industriales, esta pigmentación artesanal tiende a desaparecer. Sin embargo, iniciativas como las llevadas a cabo en el lavadero de Valderrobres, rescatan del olvido los procesos tradicionales de las técnicas de pintado.

http://www.documentalesetnograficos.es/documentales/la_tierra_y_los_minerales/el_azulete.php

En la entrada dedicada a Marian, ya salió a relucir, nunca mejor aplicado el término, este azulete

https://creciendoentreflores.wordpress.com/2015/09/25/la-pequena-marian-una-infancia-feliz-entre-flores-y-tilos/

Las lavanderas lo usaban habitualmente

  

El pasado día 19 de Septiembre se celebró una vez más en la Pedanía de La Algaida (Archena, Murcia) la tradicional fiesta del azulete.

MªÁngeles Pozuelo

Encalado, azulado

El encalado ha estado presente en mi infancia y ha dejado en mí una marca indeleble (Ceuta, Córdoba y ahora La Mancha).

El azul o azulete que mi madre empleaba para que las sábanas tuvieran un blanco más marcado e intenso.

El Viaje a Baleares y esas fachadas ibicencas que hacían daño a la vista con ese blanco tan intenso que las caracteriza.

 

Esta obra de Santiago Rusiñol me inspiró esta Entrada

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El blanco de cal en España se ha utilizado desde hace siglos para revestir las paredes y tapias de adobe de las casas de sus pueblos, siendo esta una costumbre muy extendida sobre todo en la mitad Sur.

Así pues, en los pueblos de La Mancha, es una costumbre muy popular el jalbegado o encalado anual de las fachadas. Con ello se logran tres fines: uno de carácter meramente estético, blanqueando y otorgando una más digna apariencia al, a menudo, tosco y pobre material de los muros; el segundo, de más práctica y funcional naturaleza, al conseguir con el color blanco de la fachada el reflejo de buena parte de la radiación solar, haciendo que los muros absorban menos energía calorífica y los interiores permanezcan más frescos en los inmisericordes calurosos veranos manchegos; y la tercera, de finalidad antiséptica, derivada de la alta alcalinidad y poder desinfectante de la cal.

Por otra parte, el uso del azulete o añil en los zócalos de las fachadas tiene un origen de claras influencias mediterráneas. Pintando los zócalos de los muros, se evita el rápido deterioro estético que las salpicaduras y, en tiempos pasados, también el roce de los animales que se utilizaban para las labores del campo, producían en el blanco de la cal de la fachada. Pero, además de esta práctica finalidad, el uso del azulete en puertas y ventanas, obedecía también a otras de significado mucho más trascendente, como la de ahuyentar al demonio y a todos los males con él relacionado, una superstición ésta también de un muy probable origen mediterráneo. Por último, el azulete se ha venido utilizando, en diversas fechas señaladas, para marcar con él las fachadas de las casas donde habitaban las mozas solteras en edad de merecer.

El azul en Aragón

El color añil se obtenía en el pasado mezclado el azulete destinado a blanquear la ropa con la cal. La tradición de esta técnica de pintado de fachadas es morisca. El pintado de fachadas en las casas de Aragón era tradición durante los siglos XVII y XVIII que fuese de color añil.

 

http://mapiser.com/blog/262-el-anil-tipico-color-de-las-fachadas-aragonesas

Algunos ejemplos en España y Marruecos

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Como curiosidad, conviene saber que en muchas ocasiones se encuentran en las viviendas antiguas de nuestros pueblos trazas de azul añil que decoraban los recercados de puertas y ventanas, ya que tradicionalmente se creía que este color espantaba a los demonios e impedía su entrada por los huecos. Otra peculiaridad es que no hace tantos años, la lechada de cal solía mezclarse con clara de huevo para lograr una mejor fijación del encalado gracias a la albúmina que contiene.

La dureza de la vida en la mar obligaba a que se empleara hasta el último recurso disponible, por ello los pueblos pesqueros suelen ser coloristas en la decoración de sus puertas y ventanas, ya que el excedente de pintura de las barcas, se aprovechaba para proteger la carpintería de las viviendas.

 

Colores de la Arquitectura Mallorquina

También en Grecia

El azul verdadero

Al menos desde el siglo XII los europeos contrajeron la fiebre del azul y establecieron contacto con la provincia de Badajshán (hoy en Afghanistán) para comprar lapislázuli.

Pocos conocen el camino que conduce a las minas de Darreh-Zu, y aunque muchos lo hicieran, de poco o nada les serviría. La mayor parte del año, la nieve cierra el paso entre las montañas y el invierno de esta región es tan cruel que asesina a sus propios habitantes. Apenas es posible hacer el viaje en el verano. Entonces, si uno decide hacerlo, hay que cargar el burro de provisiones y andar a pie durante kilómetros. No hay árbol ni planta que crezca entre estas rocas grises, los que sí brotan son los bandidos y los contrabandistas. En el tramo final, se debe escalar la pendiente casi vertical de las montañas.  

Si bien los europeos tenían una amplia gama de colores –los había anaranjados y brillantes, oscuros y contundentes, hechos de arcilla, de raíces y de insectos raros– pocos se hacían a partir de una piedra semipreciosa. En nada se parecía este azul a los otros, a los que la luz carcome, a los que se deslavan con el tiempo y quedan crudos, torpes, casi blancos. El azul del lapislázuli es otro. No brilla, más bien parece que vibra, que palpita. El azul del lapislázuli es otro. No brilla, más bien parece que vibra, que palpita. A partir de la Edad Media, los pintores –entre los que se cuentan Rafael y Sassoferrato– fueron creando una convención que perduró más allá de las etapas de la historia del arte (más allá del Renacimiento o del Barroco): solo el ultramarino, el color que sale del lapislázuli, era digno de adornar el manto de la Virgen o los paños sagrados de Jesús.

http://www.letraslibres.com/mexico-espana/el-azul-verdadero

Para saber más

http://www.airesdelamancha.com/el-anil-y-blanco-en-castilla-la-mancha/

MªÁngeles Pozuelo

La pequeña Marian : una infancia feliz entre flores y tilos

Hoy doy un giro al blog con este relato tan bien conducido por Marian sobre sus memorias de infancia en Balmaseda Vizcaya). Es un relato alegre, limpio y sonoro por el que se cuela la vida a raudales. Un relato que nos retrotae a todos en el tiempo, recordando ese ciclo vital, la infancia, a la que siempre estamos regresando para no perder el niño que todos llevamos dentro. Gracias, Marian, por compartir algo tan bello. Ojalá y este relato sea la puerta de entrada a otros muchos que nos envíen nuestro seguidores.

Relato de Marian Escudero

Nací y viví en Balmaseda (Vizcaya) hasta lo siete años.

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BALMASEDA. Puente VIEJO. Medieval sobre el río CADAGUA

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En este pueblo nacieron también mis primeras sensaciones, mis primeros recuerdos de una infancia feliz. Es un pueblo hermoso atravesado por el río Cadagua,

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Río Cadagua a su paso por Balmaseda

un afluente del Río Nervión que nace en los Montes de Ordunte.

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Asimismo, por allí pasan otros dos afluentes del Cadagua Es un paisaje de gran belleza con unos campos de zarzamoras,zarzamoras

brezos

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juncos, plantas silvestres silvestres y una variedad enorme de florecillas y tilos centenarios

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que en los días calurosos nos proporcionaban sombra.

Era un escenario idóneo para tender la ropa al sol

ropa tendida al sol

y soltar a los niños sin ningún peligro.

En aquella época , no había agua corriente continua en las casas. La daban durante unas horas por lo que en todas las casas había unos grandes depósitos que se llenaban mientras el agua subía a las viviendas. Debido a ello, muchas mujeres se ganaban la vida como lavanderas.

lavanderas

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Cuando no había lavadoras

Eran mujeres fuertes, con gran resistencia al trabajo, sencillas y humildes, generalmente con muchos hijos, que con su trabajo aportaban un salario exiguo a su necesitada familia. Gritonas, enredadoras, alegres y  chismosas, donde estaban se hacían notar.
Mientras vivi en Balmaseda, hasta los 7 años, muchas tardes de vacaciones de verano las pasaba con Concha, la tata de mis abuelos maternos. Concha buscaba a sus amigas las lavanderas para charlar y enterarse de los últimos chismorreos  del pueblo. Yo jugaba con sus hijos, de todas las edades. Aquellos niños eran diferentes a los que habitualmente yo estaba acostumbrada, hijos de amigos, compañeros del colegio…..yo les encontraba extraordinariamente alegres y valientes pues trepaban a los tilos para recoger sus hojas con una gran facilidad…pero sobre todo me encantaban sus juegos. El rio era el centro de nuestros juegos junto con la recolección de plantas y flores.Cogíamos zapaburus (renacuajos) e incluso con improvisadas cañas con un alfiler doblado a modo de anzuelo llegábamos a pescar….y es auténtico! ,…siempre más arriba de donde estaban sus madres lavando, ya que estas ensuciaban el agua, con la lejia de la ropa blanca, el jabón, el añil

Un sac de pigment bleu à mélanger à la chaux pour colorer les maisons. http://www.visoterra.com
Había algunas niñas mayores que yo y con ellas era diferente. Con los juncos hacíamos trenzas y con ellas coronas que adornábamos con diferentes flores. Estábamos preciosas, eramos haditas que habían ido al arroyo a bañarse o princesas que habitaban en un maravilloso castillo. Recuerdo el olor que desprende el tilo (ezkia) al atardecer  y como caían las tilas con sus hojitas pequeñas dando esos revoloteos que parecen pequeños paracaidas ….pero sobre todo recuerdo los barquitos que hacíamos con sus hojas y con los juncos que una vez terminados y en perfecto orden los dejábamos en el agua y nos quedábamos embobados mirando como los arrastraba la corriente. Otro juego eran los tesoros. Pero teníamos que tener un trocito de cristal para poder hacerlo. Así que me tuve que hacer amiga de Máximo, un zapatero gruñón

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que tenía fama de no tener amigos por su carácter irascible y que tenía su zapateria justo debajo de mi casa. Me gustaba sentarme a su lado mientras él trabajaba  y se me encogía el alma cada vez que cogía un puñado de clavos y se los metía en la boca para ir sacándolos de uno en uno e ir componiendo a golpe de martillo la suela de los zapatos. . Yo decía que se iba a morir y el se echaba a reir. Recuerdo el olor del cuero de la zapatería y el olor penetrante de las gomas que utilizaba para pegar el calzado, y el golpe del martillo al pegar sobre el clavo…Le llamaban en el pueblo «ojo breca»…por un ojo blanco que tenía y que le daba un aire siniestro.
Cuando Máximo me daba trozos de cristal, los utilizaba creo que para hacer algo en el cuero, yo los guardaba y cuando tenía unos cuantos,  si íbamos al río,  los llevaba.
Hacíamos un bocho (agujero) en la tierra, poníamos una base de hojas, de musgo, de un papel de plata de los que venían envueltos los bombones….y pétalos de flores, o florecillas silvestres de las que crecian en la orilla del río y el cristal encima tapándolo todo. Luego lo cubríamos con la tierra y poníamos una señal para encontrar el lugar  donde estaba enterrado  nuestro tesoro. Era un juego de secretos ….solo se enseñaba a los amigos dóde estaba tu tesoro,….el corázón  te latía cuando lo encontrabas y era precioso verlo ….pero ay! que espanto…qué decepción  cuando encontrabas tu tesoro destruido….
Y todo ello se mezcla con el olor del río ,de junco, de hierbabuena, con olor a cuero, a goma de pegar, a olor a jabón y lejía . A río que canta   con su canción suave y melodiosa, a golpe de martillo  tac-tactac-tactactac …y de nuevo…música, ritmo, movimiento….la vida discurriendo entre risas de niños y voces de lavanderas. Aprendiendo a recibir pequeñas alegrías y frustraciones. Aprendiendo a vivir por  MªÁngeles Escudero Uriarte

MªÁngeles Pozuelo