No son pocas las personas que conozco que coleccionan dedales, auténticas colecciones de todo el mundo que han requerido hacer vitrinas a su tamaño para guardarlos, como en el caso de mi prima Mª Carmen. Pequeños tesoros con historia, un capricho más que algo útil. Antes se usaban para lo que se crearon, para coser y proteger el dedo de la aguja, ahora que no se cose, en cambio, es rara la ciudad que no tenga un dedal como recuerdo de su paso por ella.
Algunos de mis dedales
MªÁngeles Pozuelo
Que bonitos!! se lo pasaré a mi hermana LLuisa que creo que también colecciona o coleccionaba…ahora no coso, pero antes hacia alguna cosita para entretenerme y siempre se me olvidaba el dedal, y mi madre me decía no se como puedes coser sin él, no te pinchas?…y yo ni me daba cuenta, luego me lo colocaba y me sobraba bastante…jeje…ya ves recuerdos que salen…Gracias MªAngeles.
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Yo he cosido mucho aunque no tanto como otras tres hermanas mías pero solía hacerlo sin dedal, era torpe con él. Lo he usado con telas gruesas de tapicería. Me gusta hacer las cortinas, visillos y cojines de casa. Hubo un tiempo que también hice bolsos guateados, neceser, ¡qué tiempos, Maria Ángela! Me salen los recuerdos como a tí. eso es lo bonito que tiene compartir.
Si te animas a escribir retazos de recuerdos, los cuelgo en la entrada apropiada. En Rememorando la infancia, colgué los recuerdos de Marian.
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