Esta villa alicantina del siglo V a.C., enclavada en el corazón de la Costa Blanca y abierta al Mar Mediterráneo, ha sabido conservar con el paso de los años una de sus joyas más preciadas: el huerto ilicitano, extensiones de palmeras que forman el paisaje más característico de la región. Muchos son los huertos, públicos y privados, que decoran la ciudad de Elche y cuya población ha sabido cuidar con mimo durante siglos. Fruto de este trabajo, la UNESCO concedió al Palmeral de Elche el título de Patrimonio de la Humanidad en el año 2000.
En el Huerto del Cura conviven limoneros, naranjos, granados, cactus, higueras, algarrobos, azufaifos y otras plantas mediterráneas y tropicales, con más de quinientas palmeras milenarias de cien especies diferentes. Un verdadero paraíso donde luces y colores, aromas, sonidos y silencios, encuentran su máxima expresión.
El Huerto del Cura debe su nombre a su cuidador, el capellán José Castaño Sánchez, hijo de Andrés Castaño Peral, arrendatario de la parcela que, tras años de duro trabajo en la huerta, consiguió comprar al hacendado Juan Espuche, a mediados del siglo XIX. Fue entonces cuando se produjo en el huerto un fenómeno poco corriente. Del tronco de una de las palmeras más antiguas comenzaron a brotar hijuelos a una altura de casi dos metros, creando un gran candelabro de ocho brazos que hoy sigue siendo el único ejemplar conocido de su especie.
http://www.ociovia.com/blog/2010/07/27/dormir-en-el-paraiso-un-sueno-hecho-realidad/
Este jardín me trae entrañables recuerdos. Tuve la ocasión de visitarlo en 1979
http://jardin-mundani.blogspot.com.es/2012/08/el-huerto-del-cura-la-perla-del.html
También disfrutamos en Agosto de 1988 del Hotel con esos bungalows integrados en la naturaleza
MªÁngeles Pozuelo
Me has hecho desear volver al «Huerto»:Desde Altea no está lejos
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Verdaderamente, tu lo tienes cerca aunque estará más masificado ahora que cuando yo fui.
Tal vez el Otoño sea una buena época. Anímate y date un paseo con Sepp.
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